El gobierno ha arremetido en contra de los docentes y la educación del pueblo, y el gremio no ha hecho nada para contrarrestarlo, han pasado diferentes leyes, como la ley de fortalecimiento a la educación pública y la participación comunitaria, ley Fundamental de Educación, ley de INPREMA, la doble jornada, entre otras y los maestros no ha podido dar una lucha frontal para defender los derechos de los docentes y de la población a la educación pública.
Según el acuerdo ministerial nº 2664-SE-2013 el año anterior fue un logro para el sistema educativo por “haber alcanzado más de doscientos días de clases y la gobernabilidad del sistema educativo... “pero ¿la calidad se puede medir por los días de clases que se les imparte a los alumnos? ¿Será pedagógico tener en las aulas más de cincuenta alumnos? “Muchos centros educativos cuentan con los espacios físicos adecuados para que los alumnos puedan recibir su educación”, sigue la mentira; para dar un dato: el sistema educativo, según cifras del año anterior, necesita alrededor de 400,000 pupitres y 4,000 aulas, el 75% de las escuelas de la Capital están dañadas; y en todo el territorio del país cuántas escuelas más se encuentran en pésimas condiciones, entonces ¿de qué espacios físicos habla señor ministro?
La calidad educativa del Ministro es una falsa ilusión, la educación en vez de ir avanzando retrocede, pero no es de extrañarse de todas estas medidas, ya que el gobierno pretende optar a préstamos con el Fondo Monetario Internacional y el FMI no da nada de gratis, todo tiene su costo y como siempre el costo lo terminan pagando los más empobrecidos: la clase proletaria.
Es tiempo que los docentes y los futuros docentes exijan lo que les pertenece, porque en estos meses la represión hacia el gremio ha avanzado sin resistencia alguna, ahora es cuando hay que recuperar lo que han perdido y exigir lo que les y nos pertenece: la educación. Los futuros docentes no tienen que ser indiferentes con lo que pasa en el magisterio, porque es su futuro. El llamado para la juventud es para que luchemos por una educación gratuita y laica, para que se pueda gozar de una verdadera calidad de educación.
Esta no es una lucha sólo de parte de un gremio o persona en particular es de todo un pueblo, para exigir lo que es nuestro: el derecho a la educación porque un pueblo sin educación es un pueblo ignorante, que no sabe lo que pasa en el país; un pueblo sumiso, como quieren que sean los grandes grupos de poder, que no luchemos y que sólo agachemos la cabeza, pero ya es hora de que alcemos la cabeza, y no esperar que alguien nos venga a resolver nuestros problemas nos debemos de mirar como sujetos activos para que exijamos lo que nos pertenece el derecho a la educación.
El magisterio debe recuperar las asambleas permanentes para tomar medidas contra estas arbitrariedades cometidas por el gobierno, teniendo un carácter democrático y participativo, donde no sea manipulado por la dirigencia que debe someterse a las bases y no al revés, al igual que las llamadas Comisiones de Estrategia que han demostrado su fracaso.