La Mochila 24 - 5 abril 2016

dictadura democraciaEl 3 de marzo nos levantamos con la noticia del asesinato de Berta Cáceres a manos de sicarios. Este a todas luces es un crimen político.

Ha pasado un mes y el gobierno no agiliza la investigación, es más lo que hace es entorpecerla, acusando a miembros del COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) incluso detuvieron al compañero Aureliano Molina acusándolo de haber cometido este asesinato. Obviamente al gobierno no le interesa resolver este crimen, ni investigar quienes han sido los hechores materiales e intelectuales, no ha investigado a las empresas y personas que la amenazaron.

La violencia en Honduras ha alcanzado un punto en el que definitivamente seguimos retrocediendo a la barbarie capitalista o avanzamos al socialismo. Las masacres, crímenes y muertes son nuestro pan de cada día, eso ha convertido a la sociedad en incapaz de inmutarse por un crimen hasta que nos toca a un familiar cercano.

Este pasado 15 de marzo han ocurrido en el país una serie de hechos que nos ponen en riesgo como población. Iniciamos con un nuevo asesinato de un miembro del COPINH, Nelson Noé García, en un “desalojo violento” realizado por la a Policía Militar y el Comando Especial Cobras, esto fue en la comunidad Río Chiquito, Cortés frente a su casa. Ese día se leyó la sentencia del periodista David Romero condenado a 10 años. Uno de los sobrinos de Rafael Alegría, diputado de LIBRE, sufrió un atentado. La policía detuvo sin previa orden al compañero José Ángel Flores presidente del MUCA (Movimiento Campesino del Aguan).

Seguramente hay muchos más hechos que escapan de nuestro conocimiento, el gobierno ha emprendido una lucha férrea contra los luchadores que no se dejan comprar por unos cuantos centavos. Los grandes intereses de las transnacionales y burguesía hondureña, no tendrán ningún reparo en acabar con nosotros, aún más cuando se trata de una pugna entre grupos de poder y quieren demostrar que el otro está perdiendo territorio, así que quienes pagamos las consecuencias somos el pueblo hondureño, esos trabajadores que cada día madrugan para ir a trabajar, y esas mujeres que se enfrentan a la violencia machista cada día.

Por estas razones desde la Juventud Socialista SOB creemos en la importancia de la coordinación entre varias organizaciones y en la creación de un organismo que nos aglutine, con amplia democracia y no imposiciones. Es hora que nos juntemos y retomemos la lucha unificada y no fragmentada como hasta ahora, los cambios en este país se darán desde las calles mediante la organización de los trabajadores, mujeres, estudiantes que luchemos hombro a hombro.

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