¿Público o privado?

Cada año ingresan a la UPNFM nuevos estudiantes, de los cuales la gran mayoría espera poder recibir una oportunidad laboral en el sector público al egresar de la misma. Pero una pregunta importante es si la formación que estamos recibiendo está enfocada realmente en el sector público.

Mientras en los salones de clases nos mantienen encerrados en una esfera de cristal, al encontrarnos en el mundo real, nos damos cuenta de las grandes carencias que hay en los centros educativos a nivel nacional. Un ejemplo de esto son los talleres que reciben los estudiantes del área de inglés, donde se sugiere una gran cantidad de libros que podríamos leer con los estudiantes, pero cuando llegamos a las escuelas públicas, si es que encontramos una plaza, los niños y jóvenes no cuentan ni siquiera con los textos de las materias básicas. Al parecer los licenciados han olvidado que en nuestras escuelas no contamos con librerías, proyectores, computadoras, incluso en muchas de nuestras comunidades las escuelas no cuentan con energía eléctrica. Es entonces que nos damos cuenta que muchas de las recomendaciones de los catedráticos se vuelven imprácticas al no contar con los recursos necesarios para realizarlas. Como futuros docentes requerimos una formación que tome en cuenta nuestra realidad, una donde se nos prepare para formar estudiantes en las escuelas públicas y no una donde se nos prepara para ser explotados en el sector privado.

Realidades como ésta deben ser tomadas en cuenta para formar a los nuevos docentes. Claro que ello implica una reflexión no sólo sobre didáctica y recursos educativos sino sobre las condiciones de vida de los y las hondureñas y el compromiso para la transformación de esta realidad.

Las autoridades de la UPNFM han dado muestras de no querer debatir estas cuestiones fundamentales para la formación docente, es necesario por lo tanto la organización estudiantil, y que desde la misma podamos hacer una crítica constructiva y generar propuestas junto a los sectores involucrados en el desarrollo de la educación.