Los hechos ocurridos el 26 de septiembre en el estado de Guerrero donde fue tiroteado el autobús en el cual se transportaban estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, dio como resultado 6 muertos y 43 estudiantes desaparecidos. Cada vez son menos las oportunidades para los jóvenes mexicanos que viven entre la pobreza causada por las políticas gubernamentales y la violencia generada por el narcotráfico.
Llenas de dolor e impotencia están las familias de los estudiantes asesinados por la policía municipal de Iguala, en complicidad con los narcotraficantes “Guerreros Unidos”, los cuales forman parte del Estado, este hecho ha dejado al descubierto una vez más el caos en el sistema judicial mexicano que poco o nada hace por frenar la violencia que parece incrementar día a día arrancando la vida a miles de mexicanos. A pesar de los reclamos por parte de familiares y estudiantes de diferentes estados de México además de manifestaciones en varios países de Europa y Centro América, este hecho aún no ha sido aclarado y el Gobierno no ha dado respuesta sobre paradero de los estudiantes desaparecidos, ante este silencio cabe preguntarnos ¿quedarán estos asesinatos impunes? ¿A quién o quiénes se está protegiendo? La indignación es justa, ante esta realidad en la que los mexicanos tienen acceso limitado al sistema de educación pública pero que se ven orillados por el desempleo y la pobreza a involucrarse en el narcotráfico con la esperanza de mejorar su condición de vida.
Por eso desde la Juventud Socialista ante el trágico secuestro y asesinato de estos jóvenes (eran futuros docentes) nos sumamos al sentimiento de repulsión que recorre por toda américa latina por lo cual planteamos la justa y necesaria unidad entre los estudiantes de todos los niveles del sistema educativo, en cada uno de nuestros países, contra la impunidad que impera en los mismos, ante el asesinato de estudiantes y por la defensa de la educación pública, gratuita y laica.