Otro genocidio sionista en Gaza
Extractos Declaración de la corriente internacional Socialismo o Barbarie, 15/07/2014
Con el pretexto del asesinato no aclarado de tres jóvenes estudiantes de escuelas religiosas ultraortodoxas en Cisjordania, ocurrido a fines de junio, el gobierno de Israel ha lanzado otra de sus operaciones de genocidio en la Franja de Gaza.
Además de mantener un régimen permanente de ocupación, en que los palestinos carecen de derechos y pueden ser maltratados, encarcelados, torturados y asesinados a voluntad de los colonizadores sionistas, Israel ha creado en la Franja de Gaza el mayor campo de concentración de la historia. Con la colaboración de los sucesivos gobiernos de Egipto el del nuevo dictador, el general al-Sisi—, que custodian la puerta trasera de ese campo de concentración, Israel tiene prisioneros en Gaza a 1.800.000 palestinos.
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Gaza es uno de los productos de la “limpieza étnica” del pueblo palestino llevada adelante por los colonizadores sionistas, desde su desembarco bajo el protectorado del Imperio Británico y que dio un salto con la proclamación del Estado de Israel en 1948 y la guerra de 1967.
Desde entonces, los palestinos que no fueron masacrados o expulsados de su tierra, han sido encerrados en diversos guetos o bantustanes rodeados de muros. Gaza es sólo el peor de ellos. Los otros están situados en Cisjordania, bajo la ocupación directa de tropas de Israel. (Ver mapa).
La lógica de una colonización
Israel lleva al extremo la lógica de los enclaves coloniales: el desplazamiento y/o el exterminio de la población originaria. Eso determina asimismo el régimen que Israel, mientras tanto, impone a los palestinos en los territorios que domina: un sistema racista de “apartheid”, similar al que los blancos aplicaban a los negros en Sudáfrica.
Como sucedía con los negros sudafricanos, los palestinos pueden “legalmente” ser desplazados de sus territorios, sus viviendas demolidas para construir colonias sionistas, encarcelados sin proceso alguno (hay miles y miles en prisión), torturados y asesinados impunemente.
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A diferencia de Sudáfrica, en Palestina el desplazamiento y/o exterminio total de la población nativa ya es un objetivo proclamado abiertamente por un amplio sector de los colonizadores, representado en el gobierno de Israel por su ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman. Ya en el 2009, Lieberman se hizo mundialmente famoso por proponer la “solución final” del problema palestino: arrasar con bombas nuclea-res la Franja de Gaza y expulsar a Jordania a la población de los guetos palestinos de Cisjordania.[1]
Pero esta larga historia de horror ha sido también la historia de la lucha del pueblo palestino. Una lucha desigual pero heroica y que nunca ha cesado. Una lucha que cuenta con la inmensa simpatía de los pueblos hermanos del Medio Oriente, y de am-plios sectores en el resto del mundo.
El Estado racista de Israel ha podido, sin embargo, mantenerse por varios motivos. En primer lugar, porque este enclave colonial es al mismo tiempo la cabecera de playa del imperialismo yanqui (y por su intermedio de sus socios europeos de la OTAN) en el estratégico Medio Oriente. Pero, en segundo lugar, han sido también decisivas las traidoras capitulaciones de las burguesías árabes y sus gobiernos (incluyendo a algunos que en algún momento posaron de “nacionalistas” y “progresistas”).
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La miserable hipocresía de la “comunidad internacional” finge no ver esto. Y su voz se alza sólo cuando el pueblo amenazado de exterminio este caso, el palestino—hace algo para defenderse, como ahora con el lanzamiento de algunos misiles de fabricación casera que apenas rozan la piel de Israel, que es la principal potencia militar de la región y además con armamento nuclear.
Por esos motivos, uno de los aspectos más repugnantes, tanto de los gobiernos y los “organismos internacionales” como de la prensa mundial es presentar esto como un conflicto bélico entre partes iguales, cuando ya hay centenares de palestinos muertos y ni un solo herido israelí.
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Movilización mundial para impedir otro genocidio en Gaza
Como ya señalamos, los planes genocidas de Israel se ven facilitados por los difíciles momentos que está pasando la “Primavera Árabe”. Sin embargo, esto no implica que los planes sionistas no puedan ser enfrentados.
En estas circunstancias, sería decisivo rodear al pueblo palestino de la mayor solida-ridad internacional. La imagen de Israel se ha ido desgastando internacionalmente cada vez más, sobre todo en Europa y también en los países latinoamericanos. Incluso en EEUU, que ha sido su gran protector, Israel ya no tiene el consenso casi unánime para sus crímenes del que gozaba años atrás.
Una fuerte movilización internacional es hoy posible y necesaria para impedir que el pueblo palestino sufra otro baño de sangre.
Por eso llamamos a la más amplia unidad de acción con las consignas de: ¡Basta de bombardeos! ¡Fuera de Gaza las tropas de Israel! Exigimos también a los gobiernos en todos los países, la ruptura de relaciones con el Estado genocida de Israel.
Al mismo tiempo, levantamos un programa socialista revolucionario para una solu-ción de fondo en Palestina. En enero de 2009, frente a otro ataque similar en Gaza, decíamos:
No estamos ante iguales en ningún sentido. De un lado tenemos el pueblo palestino que lucha hace 60 años contra la ocupación, la opresión y la explotación y del otro, el Estado de Israel con el apoyo directo de los EEUU, e indirecto de la mayoría del resto de los países imperialistas.
Es por esto que debemos dejar en claro de qué lado deben estar los trabajadores en esta contienda histórica: del lado de los oprimidos contra los ataques militares o de cualquier orden de los opresores. La verdad es que el imperialismo exige al pueblo palestino la más absoluta rendición, y que acepten la ocupación y colonización directa de su territorio y al Estado teocrático y racista de Israel.
A nuestro modo de ver, no puede haber entre los socialistas revolucionarios ninguna duda de que en cuanto el Estado racista de Israel continúe existiendo, no hay posibilidad alguna de ’solución pacífica’: esto por el simple hecho de que Israel se sustenta su origen—en el desplazamiento, la colonización y la masacre de la población palestina originaria.
Por esto mismo, esa masacre trae nuevamente la polémica entre las corrientes que se reivindican marxistas, sobre cuál debe ser el programa estratégico y los métodos de lucha en Palestina.
De un lado, está la propuesta de ’convivencia de dos estados en Palestina’. Como hemos señalado, por su condición de Estado racista y de opresión nacional que tiene Israel, se viene demostrando desde hace décadas que eso es totalmente inviable.
Por otro lado, al mismo tiempo que nos posicionamos por la derrota del Estado de Israel en la actual contienda, y por la victoria de las fuerzas palestinas, señalamos que está demostrado que la destrucción del Estado de Israel y la construcción de un único Estado Palestino laico, democrático y socialista depende de la movilización y la lucha política y militar autónoma de las más amplias masas de trabajadores en los territorios ocupados y en el conjunto de los países árabes. Una expresión de esto fue la experiencia de la apertura forzada de la frontera con Egipto desde Gaza, ocurrida tiempo atrás en manos de las propias masas de la Franja.
Esta perspectiva nos diferencia no sólo de Al Fatah, sino también del propio Hamas, los que además en ninguno de los ambos casos, levantan una perspectiva socialista para los pueblos explotados y oprimidos de la región.
Sólo hay una salida alternativa de fondo: la destrucción del Estado de Israel y la construcción de un Estado palestino socialista y de una Federación Socialista de países de Medio Oriente.
* ¡No al genocidio del pueblo palestino!
* ¡Fuera las tropas sionistas de Gaza!
* ¡Por la destrucción del Estado racista de Israel!
* ¡Por un Estado Palestino democrático, laico, no racista y socialista!
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Declaración completa en http://sobhonduras.org/index.php/internacional/122-mundo-arabe/medio-oriente/372-otro-genocidio-sionista-en-gaza
[1] “Lieberman threatened to nuke Gaza”, Haaretz, October 26, 2009.