El primer año de gobierno de Juan Orlando Hernández se cumplió, y la consolidación del régimen avanza. La profundización del modelo neoliberal se acelera vertiginosamente.
En el sector laboral, se llevaron a cabo despidos masivos de obreros, como ser en el SANAA, ENEE, HONDUTEL, entre otros tantos, situación que viene a agravar el nivel de desempleo. Al mismo tiempo, las centrales Obreras negociaron un pírrico aumento del salario en el sector maquila con proyecciones ficticias para los próximos años, continuando la desigualdad generada con el salario diferenciado aprobado por el gobierno de Zelaya.
Los sindicatos han recibido duros golpes. El sector magisterial, que en algún momento se podía ufanar de ser la columna vertebral del movimiento popular, se encuentra totalmente subordinado a las descabelladas ordenes de Marlon Escoto y en total desmovilización. La burocracia magisterial perdió el poder de convocatoria y aun no se ven propuestas coherentes de recomposición organizativa gremial.
Se ha criminalizado la protesta social en todos los sectores. “El que protesta es despedido, sancionado o procesado con arbitrarios procesos legales”.
Dentro de estas arbitrariedades podemos señalar el proceso imputado a Berta Cáceres, dirigente del COPINH, Gladis Lanza, dirigente del Movimiento de Mujeres “Visitación Padilla” y también los recientes expulsados de la UNAH, con quienes nos solidarizamos. Todo esto demuestra evidentes elementos de un régimen represivo dictatorial.
El sector salud se encuentra a la intemperie, después del show montado alrededor del descalabro del Seguro Social y todo el circo mediático, elocuentemente con las políticas dictadas por los organismos internacionales, la propuesta del gobierno es una nueva Ley de Seguridad Social, que únicamente garantiza más desigualdad y privatizaciones. Los hospitales por su parte continúan con serias deficiencias de presupuesto y totalmente desabastecidos.
Recientemente se llevó a discusión al Congreso Nacional, elevar a rango constitucional la PMOP. Ante esto la “oposición” se unificó en contra de la propuesta, derrotando –por ahora– los intentos de que la Policía Miliatar responda a órdenes directas de JOH, pero aceptando la continuidad de la misma en las calles, soslayando su carácter represivo y la militarización de la sociedad, cuando algunos hace menos de una veintena de meses gritaban a los cuatro vientos la desarticulación de la PMOP.
Con esta nueva “oposición”, lo que se ha conseguido únicamente es la consolidación del régimen. Por otra parte crea falsas ilusiones en la estéril pelea parlamentaria, desviando a los trabajadores y pueblo en general de las verdaderas estrategias de lucha.
El sector educativo, continúa con la profundización de la privatización. Así como la ola represiva contra los docentes y estudiantes.
El pasado año, la UNAH desarrollo una importante lucha en contra de la modificación del reglamente interno y el plan de arbitrios, por ser sumamente represivo, usurero y excluyente. Sin embargo, este proceso trajo consigo la expulsión de 6 dirigentes estudiantiles de la capital y 10 del Valle de Sula, lo que deja un amargo sabor de boca en el sector estudiantil y obliga a replantear la estrategia para continuar las exigencias a las Autoridades Académicas y Gobierno Nacional.
Ante todo esto, se vuelve necesario recuperar las viejas estrategias de lucha organizada, con democracia de base; así como la articulación de la lucha entre todos los amplios y diversos sectores oprimidos.
Por lo anterior, es necesario empezar por la generación de espacios de discusión y defensa de nuestros derechos en esta universidad, en contra de las medidas represivas, y en defensa de la educación pública en general.
¡Juventud, nuestra tarea histórica ya está planteada; es la lucha!