El 2015 es un año para no olvidar el pasado; es para tenerlo presente. Un pasado que ha estado marcado por un lado por privaciones en un sistema económico voraz que no solo ofrece menos oportunidades sino que va en un constante proceso de recortar las ya existentes.
Los estudiantes tenemos muy poco margen para desarrollarnos en lo individual y/o académico, con una universidad que no está al servicio nuestros, sino al servicio de organismos de créditos internacional y la empresa privada como la FUNDA.
No tener esto claramente delimitado puede llevarnos a caer en ingenuas creencias al creer que la lucha que debemos librar es sólo en lo académico, agachando la cabeza sin prestar atención a nuestro entorno, de hacer eso y no sacar la bandera de la lucha estudiantil por la defensa de una educación pública, gratuita y laica, nos estaremos cerrando nuestras propias posibilidades al no reconocer la crisis del sistema educativa, que cada vez nos ofrece a los docentes menos oportunidades laborales, y por otro una universidad que viene cerrando clases y aumentando los costos para los estudiantes.
Por esto y más necesitamos levantar las banderas de lucha por el derecho a la educación pública que se cae a pedazos dentro y fuera de la universidad.