Las inconformidades de los estudiantes de la UNAH se hicieron sentir el pasado año, debido a la reforma impositiva y sin consenso del Reglamento Académico y el Plan de Arbitrios, mismo que perjudica a los alumnos, y avanza en el proceso de mercantilización de la Universidad al servicio de la empresa privada.
Esta lucha, que comenzó como una acción de vanguardia, logró nuclear una cantidad importante de estudiantes que haca años no se veía en la UNAH. Al calor de la lucha se fueron formulando, de forma no muy acabada, las exigencias a las autoridades universitarias. La falta de claridad del objetivo provocó que se generaran vaivenes en las posturas estudiantiles prestándose a la interpretación y manipulación de las autoridades académicas y los medios de comunicación.
La lucha iniciada en San Pedro Sula se extendió a Tegucigalpa –con sus propios métodos– pero sin coordinación ni estrategias comunes, situación aprovechada por las autoridades para desmovilizar con el diálogo en el norte mientas en la capital iniciaba audiencias de descargo contra los activistas de la Ciudad Universitaria.
Reafirmando el carácter autoritario y represivo del régimen que gobierna Honduras, la autoridades universitarias impusieron arbitrarias sanciones tanto en la Capital como en el Valle de Sula, expulsando de uno a tres periodos a 16 estudiantes, siguiendo el ejemplo de la UPNFM que hace un par de años expulsó a tres estudiantes en Tegucigalpa.
En Honduras, las libertades democráticas de organización y protestas están coartandas y se criminaliza la protesta social, como ya ha ocurrido recientemente con otros sectores.
En su defensa, los estudiantes universitarios sancionados han interpuesto un recurso con suspensión del acto reclamado ante la Sala de lo Contencioso Administrativo para ser reintegrados a sus clases.
Desde la Juventud Socialista repudiamos la actitud represiva de las autoridades de la UNAH, la flagrante violación a los derechos de los compañeros sancionados y la criminalización de la organización y protesta estudiantil; a la vez que exigimos el reintegro de los estudiantes expulsados y reiteramos el llamado a todos los estudiantes y en particular a las organizaciones estdiantiles a reorganizar democráticamente la lucha, con asambleas estudiantiles por carrera, de forma que se pueda estructurar una coordinación que aglutine a todos los estudiantes y organizaciones político-estudiantiles para poder desarrollar un plan de lucha estratégicamente planificado y organizado.
Debemos mantenernos alerta para no abandonar la lucha contra la privatización de la UNAH y evitar que las reformas a los reglamentos y nos priven del derecho a la educación en todos sus niveles.
¡A reorganizar el movimiento estudiantil, para defender nuestros derechos!